El proceso de producción de un relé comienza con el diseño detallado del componente. Los ingenieros deben tener en cuenta una serie de factores, como el tipo de corriente que el relé manejará, la cantidad de contactos, el voltaje, y la temperatura máxima operativa. Dependiendo de la aplicación, se pueden seleccionar diferentes tipos de materiales para las partes del relé, como el hierro para el núcleo electromagnético, cobre para los contactos, y plástico de alta resistencia para el aislamiento.

    Además, en esta etapa se definen las especificaciones técnicas del relé, como la capacidad de conmutación, la resistencia al desgaste y la durabilidad a lo largo del tiempo. Los avances tecnológicos permiten que los diseños sean cada vez más compactos, eficientes y adaptables a una variedad de entornos.